miércoles, 16 de mayo de 2012

Seis y Cinco

Increíble lo rápido que pasa el tiempo. Lo mucho que se puede llegar a vivir en un minuto, lo poco que se puede llegar a sentir en un mes. El antes de ti y el después de ti, suculenta diferencia. Llegaste fugaz y eterno. Mi amor a primera vista. Las largas conversaciones de madrugada. Nuestras primeras veces: Tomando de mi mano “por obligación”, un beso en la mejilla, el esperado beso en los labios (perfecto y único, lo recuerdo como si fuera ayer), la caminata por el Malecón, mi primera visita a tu casa, las reuniones y un “te amo”. Nuestro primer viaje, quedarnos dormidos, soñar juntos, ser juntos. Fue complementariedad instantánea, los dos sentados en la misma página del mismo libro que queríamos empezar a escribir. Y empezó cómo debía empezar, sabemos que el tiempo es relativo. ¿Miedo? Creo que nunca estuve tan segura en mi vida de algo. ¿Riesgos? Había muchos. ¿Arrepentimiento? Eres lo mejor que me ha pasado. Son seis meses que parecen años… Seis meses desde que te vi por primera vez, desde que me hiciste tomar toda la noche, pero la sensación con la que me quedé fue de las mejores. Nunca tuve la certeza de que esa noche iba a ser el principio de esta historia, ni que nos iríamos a enamorar así, de esta forma tan loca. Eres un hombre para toda la vida y mi amor es para toda tu vida. No existen ni existirán varios “amores”, existe uno, un único y verdadero, un amor paciente y comprensivo, entregado y luchador, un amor que no se rinde. Sólo las primeras páginas están escritas, aunque parece que ya hubiésemos pasado por mucho. Nos hemos golpeado, hemos chocado, nos hemos caído y el otro ha estado allí esperando con los brazos abiertos, hemos dejado que se mueran algunas flores del jardín así como también hemos llegado a cultivar hasta árboles. Los obstáculos están para fortalecer, los errores para aprender, los defectos para mejorar y es un honor poder compartir eso contigo.

Seis meses, mi vida, que le agradezco al mundo la dicha de haberte conocido y de tenerte hoy por hoy en mi corazón. Has estado ahí para mí en mis malos ratos, me has engreído en los buenos, me has escuchado decir mil veces lo mismo, te has reído de mis bromas tontas, has compartido tu espacio, me has hecho parte de ti y por sobre todas las cosas, has luchado por mi desde la misma primera vez. Como todo lo que es bueno es arduo, el amor y la entrega son las manifestaciones más desinteresadas y se hacen evidentes cuando cuestan, cuando duelen y cuando suponen un sacrificio. Te amo de una forma inexplicable, más grande que mí misma, misteriosamente abrumadora, extrañamente estable. No me cabe la menor duda de tu amor que se ha hecho y se hace evidente en infinidad de situaciones. Tu amistad y tu afecto son los mejores regalos que he recibido. Gracias, mi amor, por todo lo que has hecho por mí, por tus cambios, por tus esfuerzos. 

Es mi turno ahora, porque son seis meses desde que te conocí y mañana se cumplen cinco desde que tomé una de las más importantes decisiones. Por ese compromiso, ten la certeza de que nunca estarás solo, siempre estaré a tu lado. Es mi turno ahora, corazón, déjame luchar por ti.